Lucía es una madre que vive sola con su hijo de 17 años. Su marido la abandonó después de que su primera hija, Anna, muriera de leucemia. Lucía trabaja en un hospicio donde entabla amistad con un profesor jubilado, Redetti, y con pacientes de cuidados paliativos. Ellos desconocen su tragedia personal, pero con el tiempo se convierten en sus confidentes. Lucía pronto comprende cómo se vive lo invivible. Redetti, en particular, le habla de sus propias experiencias y la ayuda a afrontar su miedo. Gabriel, el hijo de Lucía, elabora su dolor por la pérdida de su hermana adoptando un modo temerario de vida para demostrarse a sí mismo y a su madre que la vida incluye el riesgo de morir. Las opciones de Redetti y Gabriel se entrelazan en Lucía y la llevan a una nueva toma de conciencia.
Lucía es una madre que vive sola con su hijo de 17 años. Su marido la abandonó después de que su primera hija, Anna, muriera de leucemia. Lucía trabaja en un hospicio donde entabla amistad con un profesor jubilado, Redetti, y con pacientes de cuidados paliativos. Ellos desconocen su tragedia personal, pero con el tiempo se convierten en sus confidentes. Lucía pronto comprende cómo se vive lo invivible. Redetti, en particular, le habla de sus propias experiencias y la ayuda a afrontar su miedo. Gabriel, el hijo de Lucía, elabora su dolor por la pérdida de su hermana adoptando un modo temerario de vida para demostrarse a sí mismo y a su madre que la vida incluye el riesgo de morir. Las opciones de Redetti y Gabriel se entrelazan en Lucía y la llevan a una nueva toma de conciencia.