En 1932, Japón invadió China. En 1936, China intentó liberarse de la ocupación y los ejércitos japoneses replicaron con una masiva campaña punitiva. Pero Nankín o Nanjing, adonde se había trasladado el gobierno chino, opuso una feroz resistencia. Cuando finalmente cayó la ciudad, el príncipe Asaka decidió vengar las numerosas muertes de japoneses y 300.000 civiles chinos fueron masacrados uno a uno.
Actualmente, la “Masacre de Nankín” se encuentra en el centro de la batalla de la memoria que libran China y Japón.
Esta película es un ejemplo de instrumentalización de la historia con fines políticos.
En 1932, Japón invadió China. En 1936, China intentó liberarse de la ocupación y los ejércitos japoneses replicaron con una masiva campaña punitiva. Pero Nankín o Nanjing, adonde se había trasladado el gobierno chino, opuso una feroz resistencia. Cuando finalmente cayó la ciudad, el príncipe Asaka decidió vengar las numerosas muertes de japoneses y 300.000 civiles chinos fueron masacrados uno a uno.
Actualmente, la “Masacre de Nankín” se encuentra en el centro de la batalla de la memoria que libran China y Japón.
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